Desde siempre el azúcar forma parte de nuestras vidas. Nacimos en un obrador y desde el primer día nos hemos querido dedicar a la pasión de nuestros antepasados, los fundadores de la pastelería: la familia DOMINGUEZ. Tan solo con agua, harina, huevos, manteca y azúcar deleitaban el paladar de los vecinos del pueblo y visitantes con sus rosquillas, mantecados, magdalenas y bizcochos. Un legado que hemos intentado mantener con la utilización de ingredientes naturales (como la manteca de cerdo ibérica y el uso de mantequilla en lugar de margarina) para la elaboración de nuestros productos. Tradición que nos gustaría seguir manteniendo por muchos años más.
Somos la cuarta generación que regenta este negocio familiar que nuestros antepasados inauguraron hace ya más de 100 años.
Hemos dado un gran salto, por fin hemos pasado del obrador a la red. A partir de ahora nuestro trabajo, nuestros dulces tradicionales sin conservantes ni colorantes no tendrán barreras.